Innovación

02 junio 2018 | 32415 1

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Coches voladores, casas en la luna o mayordomos robóticos. Durante los años 50, las ensoñaciones sobre cómo sería el hombre del futuro han creado algunas de las imágenes más icónicas que se han grabado a fuego en nuestro imaginario colectivo.

Es cierto que, 70 años después, nuestros coches todavía no vuelan. Pero hemos alcanzado hitos tecnológicos inimaginables en esa época, gracias a la llegada del microchip. Con él, hemos sido testigos del avance exponencial de una tecnología disruptora que está cambiando drásticamente los propios medios de transporte.

Conscientes del impacto ecológico que tiene el parque automovilístico basado en la quema de combustibles fósiles, comienza a llegar una nueva oferta para la movilidad eléctrica más ecológica y sostenible. Los coches eléctricos ofrecen una alternativa más limpia para la ciudad y en la próxima década se establecerá como un «must» del vehículo autónomo.

Dentro de este escenario, también están tomando mucha presencia los patinetes eléctricos como una alternativa de desplazamiento para el peatón. Convertido inicialmente en el juguete estrella de hace un par de Navidades, en la actualidad este medio ofrece la ventaja de permitir un desplazamiento cómodo y rápido por zonas peatonales. Ya es normal ver a empleados de seguridad recorriendo centros comerciales o a multitudes de turistas utilizándolos para visitar zonas emblemáticas.

Y por si fuera poco, desde el año pasado han comenzado las primeras pruebas de vuelo del primer drone taxi para personas. Tomando como pista de pruebas la ciudad de Dubai, este drone de origen chino es capaz de transportar a una persona con maleta con una carga de hasta 117 kilos en total.

Si en los años 50 imaginábamos coches voladores, la próxima década promete cumplir los sueños de un futuro más tecnológico, pero con un ojo en la sostenibilidad y el cuidado del medioambiente, gracias a los motores eléctricos aplicados al transporte.