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Mantenimiento desde el aire gracias a los drones
Según una encuesta publicada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), los españoles creen que Internet, la telefonía móvil, la investigación con células madre y los drones son las tecnologías que más beneficios reportan a la sociedad. Este dato muestra que la innovación en el apasionante mundo de los vehículos aéreos no tripulados ha calado hondo en el imaginario social.
El aeromodelismo fue un lejano precedente de este nuevo campo tecnológico. Su empleo está siendo regulado con urgencia en sus detalles menores. Ya había una práctica semiprofesional asumida casi como normal, antes de una delimitación de legalidades y responsabilidades.
La alianza entre el avión teledirigido y las cámaras fotográficas o de vídeo ha roto algunas limitaciones. Sobre todo la que la fuerza de gravedad opone a la curiosidad humana. La fotografía aérea para distintos fines es, aún a día de hoy, la aplicación con más recorrido hecho hasta este momento.
En un parque de energía eólica, el estado de las palas y de la estructura superior de los molinos puede revisarse de forma sistemática por estos aparatos. Esta tecnología está ayudando a empresas como Iberdrola a reducir los costos de la electricidad verde, detectando los paneles solares defectuosos y las palas de las turbinas eólicas sobre el terreno. Como la empresa líder mundial en renovables que es, sus equipos de innovación no cesan en avanzar. Ahora, la compañía está prestando más atención a los dispositivos que ayudan a reducir los costes de operación y mantenimiento.
Hace dos años estuvo en los medios de comunicación una plaga que afectaba gravemente a los palmerales. La plaga llamada del faraón por venir de Egipto puso en grave riesgo espacios singulares. Esto fue lo que sucedió con el palmeral de Elche. La intervención exitosa de los drones para diagnosticar a distancia y tratar después la plaga fue una noticia de gran difusión. En ella se apreciaba la labor delicada de los drones repartiendo hongos que multiplicaban las defensas de la palmera.
Los medios de comunicación son receptores directos del trabajo de estos aparatos al distribuir imágenes aéreas de alta calidad obtenidas por este medio. Las retransmisiones deportivas o de actos multitudinarios ganan así en impacto visual, en muchos casos superando a la impresión de los actos percibidos por personas que viven el acontecimiento en directo.
Una tarea donde los drones se han manifestado muy eficaces es en las telecomunicaciones. Para iniciativas donde los satélites pueden encontrar obstáculos insalvables, los drones los sustituyen con éxito. El seguimiento en directo de acontecimientos en zonas remotas es posible por vuelos que sirven de puente entre nodos de comunicaciones. Las tecnologías que se aplican son a menudo derivaciones para el mundo civil de patentes militares.
La altura a la que vuela un dron divide de forma casi perfecta las aplicaciones más sofisticadas de aquellas que entran en el campo de las aficiones privadas. La entrada en el espacio aéreo apto para los vuelos comerciales está muy regulada. También para todas las alturas en zonas próximas a aeropuertos civiles o militares.
La automatización y la inteligencia artificial son el último impulso que reciben estas tecnologías. Bien aplicadas a los vuelos autónomos pueden cartografiar con detalle superficies naturales y urbanas. Algunos ayuntamientos, donde la aplicación de las normas urbanísticas exige un control estricto, colaboran con los cuerpos de inspección y se apoyan en drones. El más mínimo cambio relevante para la legalidad urbanística es reconocido por el sistema informático y se alerta a las autoridades para la confirmación de la infracción in situ.
