La ganadería del futuro pasa por el laboratorio y sin sacrificio animal

¿Podemos hablar de carne in vitro? ¿Seguirá creciendo el ritmo de producción de alimentos de ganadería que procedan del animal o trabajaremos otras alternativas? Actualmente, estamos ante un panorama futurista que no dejará a nadie indiferente.

Los animales domesticados han servido como parte integral de la cadena de alimentos durante miles de años, proporcionando ayuda para sembrar, cosechar y transportar; además de proveernos de carne, huevos, productos lácteos, fertilizantes, cuero y otros subproductos.

La producción de alimentos de todas las fuentes animales y vegetales ha ido en aumento durante el pasado siglo debido, naturalmente, al crecimiento de la población.

Y la demanda sigue creciendo, cuando la oferta no da más de sí. Esto se convierte en un drama, que nos recuerda a la frase “a grandes males, grandes remedios”, barajando todas las hipótesis posibles y viendo cómo el mercado busca alternativas a través de la tecnología.

AGRICULTURA CELULAR COMO SOLUCIÓN A LA GANADERÍA

Aleph Farms es una empresa israelí, dedicada a la agricultura celular, que dice haber creado el primer filete de carne cultivada en laboratorio a partir de células animales. La compañía afirma que esta carne no solo mantiene el sabor típico de un bistec, sino también la estructura. Así, en teoría, las personas que la consuman podrán sentir como si estuvieran comiendo auténtica carne de vaca, según informa The Wall Street Journal.

¿EN QUÉ CONSISTE EL PROCEDIMIENTO?

Este increíble procedimiento dura unas tres semanas y comienza cuando los operarios obtienen muestras de animales vivos para su incubación. A partir de entonces, se crean cuatro tipos distintos de células y se combinan para generar una pequeña estructura tridimensional, dando paso al nuevo ‘filete de carne’.

El científico Jan Dutkiewicz, de la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos) señaló al respecto: «En teoría, estamos hablando de que podrías estar comiendo carne de bisonte sin sacrificarlo».

EL SABOR DE SABER LO QUE COMEMOS

Este nuevo producto alcanza un 70% de similitud al del bistec verdadero en lo que a sabor de refiere, y su estructura celular es idéntica a la carne que hasta ahora conocemos; pero la diferencia es abismal, ya que no requiere sacrificar al animal.

El coste de esta nueva técnica resulta bastante elevado, pese a que la producción de esta clase de filetes se efectúa con solo una parte de los costes ambientales que origina la industria tradicional a gran escala. Así, en esta fase el coste de desarrollar un trozo de ‘carne de laboratorio’ podría alcanzar los 50 dólares.

Sus inventores, que confían plenamente en el proyecto, aseveran que esta alternativa transformará la industria alimentaria en un mundo que cada día demanda más producción animal a través de medios que a duras penas logran cubrirla.

Y no solo eso: la actual forma de producir carne es difícilmente sostenible y perjudica seriamente al medioambiente, favoreciendo en más de un 18% al calentamiento global.

Veremos qué ocurre en el futuro más cercano. De momento, los organismos de control en Estados Unidos continúan analizando si estos tipos de carne cultivada en laboratorio son fiables para el consumo humano.