El desarrollo de la economía eléctrica a través de la inversión en redes inteligentes

La energía eléctrica, resulta una cuestión estratégica para el desarrollo de la economía de cualquier país. Y es que, a día de hoy, se nos hace difícil imaginar una sociedad sin este suministro o con deficiencias en su servicio.  

Los especialistas coinciden en que será fundamental el desarrollo y digitalización de la infraestructura de red y un marco regulatorio estable para lograr la electrificación de la economía.

Cuando la industria eléctrica de un país funciona favorablemente y sin contratiempos (como pueden ser las limitaciones en la cobertura), el desarrollo tecnológico procura una mejora significativa, así como el crecimiento del PIB o el bienestar general de la población.

Por esta razón, son muchos los países que actualmente destinan toda su energía a la transformación estructural de la industria eléctrica con el objetivo de fortalecer la competitividad, mejorar la calidad de servicios a los usuarios y modernizarse en términos generales.  

Integrando energías renovables y descarbonizando para 2050

Según el informe presentado por la Comisión Europea el año pasado,  si queremos una mejora visible en el sector, deberemos reducir las emisiones un mínimo de un 40% en relación con 1990, y en 2040, un 80%. Para que esto ocurra, nuestra mejor aliada es la electricidad, debido a su capacidad de integrar energías renovables en una era donde además, la urgencia planetaria es inminente.

“Las renovables son cuantitativa y cualitativamente la mejor opción para llegar a cero emisiones en 2050”, aseguran los expertos. Y es que, es una batalla ganada en términos de competitividad y eficiencia.

Hablamos de integración de energías, de descarbonización a 30 años vista y de digitalización de redes eléctricas, pero… ¿en qué consiste esto último? ¿Qué beneficios reportará?

La digitalización no es más que una necesidad en redes debido a la introducción masiva de renovables en el sistema y una mayor complejidad en la gestión. A más fuentes activas, más tecnología requerida.

En cuanto a los beneficios, la digitalización logrará que la tecnología se abarate y que se reduzcan las emisiones.

Sistema de redes inteligentes para carreteras

Electrificar el transporte por carretera resulta algo realmente factible y urgente, donde el gas no tiene cabida Las cifras no mienten, asegurando que más del 25% de las emisiones provienen de este sector.

La idea es reforzar y digitalizar las redes, de manera que el sistema eléctrico pueda proporcionar energía siempre que se solicite. También es necesaria la gestión de los distintos flujos en carretera y, para eso, qué mejor que la creación de un sistema de red fuerte e inteligente.

Implantación de tecnologías innovadoras: un ahorro y una mejora para el sistema

La inversión en redes inteligentes y la economía eléctrica deberán ir de la mano de una estrategia industrial. De tal modo que, se aprovechará la coyuntura para la creación de empleo o la innovación tecnológica, beneficiándose de las sinergias.

En tiempos de cambios es importante ser minuciosos y trabajar a conciencia, ya que sin una maniobra adecuada, esta transición podría ser realmente costosa. Para que esto no suceda, los gobiernos deberán marcar las pautas de la política energética y las acciones regulatorias.