Agile, el método de trabajo de las grandes corporaciones

Tanto si es la primera vez que lo oyes como si ya has trabajado con ellas, las metodologías agile vienen para quedarse.

¿Su objetivo? Acercar a las empresas a una nueva forma de trabajo que permita afrontar la revolución digital en la que nos encontramos y que obliga a innovar en todos los ámbitos.

 ¿En qué consiste la metodología Agile?

 Conocemos Agile como un conjunto de metodologías destinadas al desarrollo de proyectos que precisan de rapidez y flexibilidad para conseguir sus objetivos en las condiciones cambiantes del mercado.

Empresas como Google, Amazon, Microsoft, ING o Iberdrola ya lo están implementando con la idea de organizar y repartir el trabajo de la mejor y más eficiente manera en sus equipos multidisciplinares. Además, les permite responder antes a las necesidades de sus clientes.

Los comienzos de Agile: que todo fluya…

Agile tiene su origen en febrero de 2001 cuando 17 expertos en desarrollo de software elaboraron, durante un encuentro en Estados Unidos, un documento, conocido como Manifiesto Agile, a favor de los nuevos métodos ágiles de actuación.

Esta hoja, en la que se recogen 12 principios del software Ágil, apostaba por una organización del trabajo que diera más fluidez al desarrollo de proyectos. Desde sus inicios, la metodología Agile reivindica cuatro valores:

  •     Las interacciones de las personas sobre los procesos y las herramientas.
  •     Un software en funcionamiento frente a documentación exhaustiva.
  •     La participación activa del cliente durante todo el proceso de desarrollo.
  •     La capacidad de respuesta ante los cambios e imprevistos.

Valores, principio y ventajas de Agile

Agile es un sistema que está cambiando el ADN de las compañías en el área de la transformación digital. Ligado en origen a la industria del software, versátil y orientada a resultados, destaca por la velocidad y flexibilidad que imprime al desarrollo de proyectos, con entregas parciales al cliente, cada quince días aproximadamente.

La metodología Agile mantiene la dirección sin caer en la rigidez de los conocidos métodos en cascada o waterfall. Estos planean el trabajo desde el principio, sin lugar a imprevistos. De forma que, cuando aparecen, resulta imposible reaccionar a tiempo. El agilismo, sin embargo, mantiene la capacidad de tomar la mejor opción en cada momento sin comprometer el proyecto.

La metodología Agile proporciona rapidez y flexibilidad al desarrollo de proyectos pero, ¿cómo lo hace? Lo más significativo es su organización del trabajo. En lugar de abordarlo como un todo, lo trocea en partes más pequeñas para recomponerlo como un puzle. ¿Alguien da más?

¡Agile en Iberdrola!

No solo las empresas extranjeras han implantado este método, sino que compañías pioneras del panorama nacional también lo han adoptado con éxito. Es el caso de Iberdrola, cuya  Dirección de Gestión de la Energía Global lleva desde 2017 con este tipo de iniciativas para ser más eficientes, flexibles y digitales. Así surge la implementación de este proyecto de innovación centrado en personas donde se priorizan e impulsan iniciativas de abajo hacia arriba de forma multidisciplinar.

El área de Gestión de la Energía Global de esta multinacional necesitaba modernizar su forma de trabajo, dado el dinamismo de este departamento, cuyos profesionales se dedican a la compraventa de electricidad y gas natural en mercados mayoristas para asegurar el suministro a sus clientes, al precio y condiciones más competitivas en los distintos países donde están presentes. Por tanto, deben controlar minuciosamente el nivel de riesgo de posición de mercado y el cumplimiento exhaustivo de los requisitos legales y reglamentarios.

Esta Dirección de Iberdrola ha implementado metodologías agile tanto en muchos de sus equipos IT como no IT, para los que esta transformación ha supuesto un antes y después: ahora se organizan y priorizan mejor, ponen al cliente en el centro de sus decisiones, han aumentado la comunicación interna, la transparencia con otras áreas, tienen más foco en lo importante y, en conclusión, son más productivos y están más motivados.

Por todo  ello, la implantación de metodologías Agile ha sido un éxito. Las compañías más vanguardistas quieren ser un modelo de organización eficiente, transparente, innovador y siempre ágil. E Iberdrola vuelve a ser un ejemplo.