Desafíos en la gestión del talento en la era digital

No cabe duda de que localizar y atraer talento humano siempre ha sido importante para las empresas, prácticamente en cualquier sector. Los negocios sobreviven y prosperan en la medida en que logran adaptarse a mercados y circunstancias siempre cambiantes y, para ello, es imprescindible contar con las personas adecuadas en la plantilla.

Las habilidades y competencias que una empresa necesita de sus empleados también están siempre en evolución, por lo que identificar en cada momento a esas personas y atraerlas es una de las tareas clave en una compañía. Una responsabilidad que recae sobre un departamento cuya importancia, por estos motivos que mencionamos, crece año tras año: el de Recursos Humanos.

Durante mucho tiempo, el trabajo de los profesionales de Recursos Humanos ha estado asociado a tareas administrativas como la gestión de las contrataciones o la elaboración de nóminas, entre otras. Pero eso ha cambiado: si bien es cierto que esos trabajos siguen existiendo y teniendo su espacio, hoy en día el principal papel de los departamentos de Recursos Humanos es identificar, atraer y retener a los profesionales necesarios -los mejores, los más involucrados, los de mayor talento- para que el negocio prospere.

Lo cierto es que pocas empresas quedan ya que no comprendan la importancia de contar con un equipo altamente cualificado y comprometido con la visión y los valores de la compañía. Pero sí que hay muchas que aún no entienden hasta qué punto la gestión del talento sigue cambiando, y cada vez más, en la era digital en la que estamos inmersos.

La gestión del talento en la era de la transformación digital

Porque sí, la transformación digital no es ya el futuro, sino el presente de los negocios. Y, al igual que ha impactado con fuerza en otras áreas, también lo ha hecho en la de Recursos Humanos. El talento humano es ahora incluso más importante que hace unos años y el éxito o el fracaso en su captación marca el futuro de una compañía. Además, el contexto en el que se mueven las empresas es incluso más volátil que en el pasado.

Así pues, y como ya vemos, la gestión del talento presenta nuevos retos en la era digital, retos que vale la pena tener presentes y entender. Son los siguientes:

  • Definir adecuadamente el tipo de talento que necesitamos

En esta época de transformación y digitalización, es más fundamental que nunca identificar con total precisión el tipo de talento que necesita una empresa, así como el que podría demandar en un futuro próximo. Debemos entender en qué momento se encuentra nuestro negocio, a qué retos se enfrenta y en qué situación está la competencia: solo con un conocimiento profundo de la situación podremos estar seguros de qué tipo de personas necesitamos y cómo podemos convertir nuestra empresa en un entorno de trabajo atractivo para ellas.

  • Afinar la capacidad de la empresa para localizar y reclutar talento

Evidentemente, nuestra empresa no será la única que esté a la busca y captura de los mejores profesionales.

Competiremos por ellos con otros negocios, y eso por no mencionar que también hemos de conseguir identificarlos con rapidez y separarlos de los candidatos que no nos interesan. Por suerte, los técnicos de Recursos Humanos disponen en la actualidad de más herramientas que nunca: plataformas de e-recruiting, redes sociales profesionales como LinkedIn, bases de datos optimizadas con diferentes tecnologías relacionadas con la inteligencia artificial (data mining, por ejemplo) y mucho más.

  • Retener el talento: una tercera fase que nunca debe descuidarse

Muchas empresas se olvidan de esta parte, y es quizás la más importante de todas. Una vez que el talento llega a nuestra empresa, debemos hacer todo lo posible para que no la abandone en poco tiempo. Y es que, como ya hemos mencionado en varias ocasiones, nos encontramos en un entorno muy cambiante, y a los trabajadores más cualificados les sobran las oportunidades.

De nuevo, la tecnología -unida al diálogo- será nuestra mejor aliada: es muy recomendable contar con herramientas internas que nos permitan entender cuáles son las metas de nuestros trabajadores, seguir sus progresos y establecer un sistema de bonificaciones y promoción.