El gran problema del reconocimiento facial: las mascarillas

Desde hace unos años, el reconocimiento facial y la inteligencia artificial se ha convertido en una de nuestras grandes compañeras de viaje. Tanto es así que ahora mismo está presente en todos o en casi todos los ámbitos de nuestra vida.

La inteligencia artificial, que se define como: la combinación de algoritmos planteados con el propósito de crear máquinas que presentan las mismas capacidades del ser humano. Dentro de este ámbito encontramos tecnologías como la del reconocimiento facial, asistentes virtuales de voz o, dentro del ámbito empresarial, la presencia de los chatbots.

Una de las tecnologías de inteligencia artificial en la que más expectativas teníamos era la del reconocimiento facial. Y es que gracias a esta tecnología, hemos pasado de insertar un patrón numérico en nuestros móviles, a desbloquearlos solamente poniendo nuestra cara delante. Gracias al reconocimiento facial también podemos pagar en comercios, sacar dinero, pasar el control de los aeropuertos e incluso identificar sospechosos en eventos multitudinarios. 

Sin embargo, ni siquiera esta tecnología ha sido capaz de predecir que se iba a ver interrumpida en su momento más álgido por un importante obstáculo: la mascarilla.

La mascarilla frena el reconocimiento facial

Si tienes un teléfono móvil con reconocimiento facial, te habrás dado cuenta de que, en el momento que llevas la mascarilla puesta, este no funciona. En cambio si lo hace cuando llevas gorro, bufanda, gafas, barba, maquillaje o incluso sombreros. ¿Por qué ocurre esto?

Los sistemas de reconocimiento facial analizan rasgos específicos del rostro como: la distancia entre los ojos, la posición de la nariz o de la boca. El problema es que ahora, con la mascarilla, estamos tapando dos de estos tres elementos. La respuesta a este problema viene porque, de momento, no tenemos demasiadas fotos de gente con mascarilla de manera que estos sistemas de inteligencia artificial no tienen manera de aprender cómo son los rostros con este elemento.

Posibles soluciones al problema

Para mejorar estos sistemas de reconocimiento facial ya se están utilizando fotografías de personas que están siendo digitalizadas para añadirle una mascarilla y así variar el color, la forma y el tamaño de la nariz.

De este estudio se han revelado varios datos curiosos como que las mascarillas negras o rojas provocan más fallos que las blancas y azules. Por otro lado, como cabía esperar, las mascarillas más grandes también desembocan en más errores.

La buena noticia es que los algoritmos de inteligencia artificial aprenden a velocidad de vértigo y ya están en proceso varias mejoras para lograr que nuestros dispositivos móviles nos reconozcan, incluso con la mascarilla puesta.