Implantes inteligentes: los dispositivos del futuro

Con el pretexto del Día Mundial de Internet, 17 de mayo, queremos hacer una reflexión acerca del uso de implantes inteligentes en la vida del ser humano. ¿Te has preguntado en qué momento este tipo de dispositivos ha pasado de ser una forma de facilitar nuestro día a día, a ser un claro ejemplo de necesidad?

Actualmente, la tecnología sigue evolucionando y reinventándose cada día y, en Suecia, cerca de 5.000 personas utilizan un implante NFC en su mano para almacenar información privada y sustituir tarjetas físicas. 

“Hemos pasado de tener ordenadores muy grandes a móviles y wearables. El siguiente paso es un dispositivo implantable”, explica Juanjo Tara, cofundador y CTO de Dsruptive, la compañía sueca que vende cada mes cerca de 1.000 dispositivos NFC.

En muchos países estos avances tecnológicos son una realidad. Miles de personas llevan implantado un dispositivo que utilizan en su día a día para montarse en el tren, entrar en sus oficinas de trabajo o en el gimnasio. El desarrollo de este tipo de dispositivos también podría aplicarse en el ámbito de la telemedicina en un futuro cercano.

Además, instalar un dispositivo wearable en el cuerpo permite la reducción de interacciones entre humano y máquina. Podríamos acortar tiempos que utilizamos en acciones repetitivas de nuestro día a día como abrir puertas, pagar, etc. 

Un dispositivo para utilizar en nuestro día a día

El implante de Dsruptive se usa principalmente en tres ámbitos: para viajar en diferentes medios de transporte, en accesos a recintos y como medio de almacenamiento de información privada. Sin embargo, entre los argumentos favoritos para introducir este tipo de tecnología en el cuerpo según el informe ‘Y después de los Smartphones, ¿qué?’ destaca también el almacenamiento de datos, disponer de una cámara integrada y contar con un GPS. 

La pregunta que ahora nos planteamos es: ¿hasta qué punto tiene sentido implantar este invento en un contexto en el que se guarda todo tipo de información en el móvil? Pues bien, imagina que viajas a un país que no conoces y te quedas sin batería, es útil que guardes tu identificación o datos importantes para casos de emergencia. Este dispositivo del futuro pasa a convertirse en tu salvavidas de información. 

Los perfiles de quienes apuestan por introducir esta tecnología en su cuerpo varían desde mujeres a hombres, desde los 18 hasta los 60 años. Por otro lado, su implantación tiene un coste entre los 150 y 200 euros. 

Los principales clientes de este implante inteligente están en sociedades maduradas digitalmente, como es el caso de Japón, EEUU, Inglaterra y Suecia. 

En Suecia es legal hacerlo en estudios de tatuajes y piercings porque está considerado como un piercing subcutáneo. Mientras que en Japón y Londres solo se realiza en clínicas privadas.

El dispositivo está pensado para aguantar en el cuerpo al menos 25 años. No obstante, en cualquier momento se puede acudir a una clínica para que te lo retiren o sea reemplazado.

¿A qué riesgos nos enfrentamos?

Entre las principales desventajas que aprecian los españoles están los posibles problemas de salud por tener un cuerpo extraño en el organismo. También el tener que ceder datos a terceros de su vida personal. 

Desde Dsruptive aseguran que su tecnología está dentro de una cápsula de un cristal biocompatible testeado en humanos que no crea ningún rechazo. Juanjo Tara subraya que la empresa utiliza servidores seguros y encripta los datos para que el usuario tenga únicamente el control total del dispositivo y los datos almacenados en él. 

Por el momento, en España, introducir un dispositivo de este tipo es alegal, puesto que no existe ningún tipo de regulación acerca de él. Mientras, el fundador de Dsruptive sostiene que está trabajando en una ley al respecto. 

Es posible que pasen entre dos y cinco años hasta que este tipo de tecnología se implemente de forma masiva. Los implantes inteligentes son una forma de intervenir en el cuerpo humano para mejorarlo. Por otro lado, no cabe duda de que muchos jóvenes van a estar interesados, específicamente la generación Z que ve de forma natural la tecnología. Son nativos digitales y quieren formar parte de ella.