Billetes comprados para viajar en coche eléctrico

Viajar en coche eléctrico comienza a ser habitual en el día a día, especialmente de las grandes ciudades:  nos permite realizar todos los desplazamientos propios de nuestra rutina sin tener que preocuparnos por la autonomía de la batería, que recargamos durante nuestra jornada laboral o al llegar a casa. Sin embargo, una de las dudas que nos asaltan a la hora de pensar en adquirir o alquilar un coche eléctrico y utilizarlo para nuestras vacaciones es si realmente es fácil encontrar puntos de recarga o va a resultar un engorro más que una ventaja. 

Es cierto que viajar con un vehículo eléctrico nos puede requerir un poco más de planificación que viajar con un coche de combustible. Con todo ello, no es nada complicado y el impacto de nuestro gesto, tanto medioambiental como para nuestro bolsillo (recargar un vehículo eléctrico tiene un coste menor que rellenar de combustible un vehículo de gasolina o diésel), hace que la balanza se incline a favor de elegir uno de estos modelos. 

¿Qué debemos tener en cuenta para viajar con un coche eléctrico?

Hay tres aspectos básicos que debemos sopesar antes de embarcarnos en la aventura eléctrica. Para empezar, debemos saber cuál es la autonomía real del vehículo que utilizaremos. Además debemos tener en cuenta que, al igual que en los coches de combustible, el consumo es mayor a más velocidad. La cantidad de puntos de recarga que existen en nuestra ruta (o planificarla de acuerdo a ellos) y la disponibilidad de los mismos. 

Para consultar los puntos de recarga hay numerosas aplicaciones móviles. Estas nos permiten comprobar en tiempo real tanto la disponibilidad como el tipo de conector, el precio y cualquier otro factor relevante de los mismos. Parte de ellas, incluso permiten reservar por tiempo limitado el punto de recarga. Algunas de las más completas son Recarga Pública Iberdrola, Electromaps, Charge Map, Next Charge, Plugsurfing o Plugshare.

Según Electromaps, en España existen 7.813 puntos de recarga de uso público. De estos, la mayor parte se encuentran en Barcelona (948), Madrid (802) y Valencia (340). Hay que tener en cuenta que solamente 124 de ellos son de recarga rápida (de 50 kW). En los que se puede cargar la batería del coche en algo más de media hora. Para hacer las paradas menos duraderas, es conveniente cargar el coche al 80% en los puntos de carga rápida. Esto es debido a que el 20% final suele ser mucho más lento.

Precios

En cuanto al precio de la carga, el rango puede variar desde cero euros el kWh (hay puntos de recarga gratuitos) hasta 0,55 euros el kWh. En las electrolineras –los puntos de carga ubicados en la vía pública, casi siempre en gasolineras–, el precio suele rondar los 0,50 euros el kWh, impuestos incluidos. Iberdrola es el más barato del mercado, con un precio de 0,30€/kWh en carga rápida. Hay otros puntos de carga abiertos al público que permiten recargas gratuitas, con y sin límite de tiempo. Estos puntos suelen estar situados en los aparcamientos de hoteles, supermercados u otras grandes superficies o restaurantes. La ley establece que debe haber uno por cada 40 plazas de aparcamiento. Cada vez son más los locales de este tipo que cuentan con más estaciones de recarga para incentivar el consumo en sus instalaciones.

Por último, es recomendable encontrar un alojamiento que disponga de puntos de carga rápida o semirrápida en sus instalaciones. De esta manera, se podrá cargar el coche eléctrico durante la noche o en los momentos del día en los que no se esté utilizando. Además, la carga nocturna, en un momento en el que la demanda de electricidad es menor, hará que la energía que se utilice sea más limpia. Es el caso de la que Iberdrola produce en los numerosos parques eólicos o plantas fotovoltaicas que el gigante eléctrico ha instalado por todo el país.