El grado soñado por los estudiantes de hoy

El doble grado en Ingeniería Informática y Matemáticas, es de reciente creación ya que en España se ofrece desde hace poco más de una década. Consiste en unos estudios muy especializados basados en un itinerario conjunto, aprovechando el hecho de que las dos carreras, por separado, se complementan bastante bien.

Según la Universidad Politécnica de Madrid, la finalidad del doble grado es «formar graduados que conozcan la naturaleza, los métodos y los fines más relevantes de las Matemáticas, que además posean conocimientos generales y específicos de Informática y de la interrelación entre ambas disciplinas». Así, el doble grado cuenta con aproximadamente 100 créditos ECTS más que cualquiera de los grados por separado para que el alumnado puede concentrar sus estudios. El número total de créditos ECTS varía según la universidad, aunque suele estar alrededor de los 340.

Las áreas de conocimiento aprendidas están relacionadas con las matemáticas (cálculo, álgebra, métodos numéricos, estadística). Pero también con la concepción, el diseño, desarrollo, implementación y mantenimiento de sistemas y servicios informáticos (tanto aplicaciones como procesos productivos). Es decir, una combinación de los conocimientos de ambas titulaciones por separado. 

Un doble grado muy exigente

Es importante señalar el alto nivel de exigencia de estos estudios. Los estudiantes reciben la misma formación y son evaluados de acuerdo con los mismos criterios que aquellos que solamente cursan uno de los dos grados. Sin embargo, debido a que el alumnado tiene más créditos ECTS por curso académico, es previsible que la dedicación y el esfuerzo deban ser mayores.

Durante el curso académico 2021-2022, el doble grado de Ingeniería Informática y Matemáticas se enseñará en 17 universidades de España. Aunque casi la mitad se encuentra entre Madrid y Barcelona, cada vez son más las universidades de todo el país que ofrecen esta titulación. Por un lado, están los centros más veteranos como la Universidad Autónoma de Barcelona o la de Madrid. Además, cada vez más universidades lo han implantado en los últimos años en su oferta académica, como es el caso de Sevilla o Málaga. Por otro lado, también hay centros que no tienen específicamente este doble grado, pero sí ofrecen alternativas equivalentes. Esto sucede en la Universidad de Cantabria, donde el alumnado puede acogerse al régimen de simultaneidad para realizar ambos grados a la vez. O en la Universidad de Baleares, en la que el doble grado es en Matemáticas e Ingeniería Telemática. 

Un denominador común de todas las universidades es que las plazas ofrecidas son extremadamente reducidas: desde las 35 de la UAM hasta las escasas cinco de la Universidad de Valladolid-Segovia. Por este motivo, desde su implantación este doble grado está entre los que cuentan con las mayores notas de corte, por encima incluso de Medicina en la mayoría de las universidades que poseen ambas titulaciones. Este año, la nota de corte máxima ha sido de 13,650 (Universidad Complutense de Madrid) frente a la mínima de 12,331 de la Universidad de Granada. 

¿Qué salidas tiene? Inserción laboral del 100%

Según el informe de inserción laboral de la UAM, el doble grado de Ingeniería Informática y Matemáticas cuenta con una tasa de inserción laboral del 100% y un tiempo medio para conseguir el primer empleo inferior a tres meses. La inmensa mayoría de estos contratos son de carácter indefinido y cuentan con un salario mensual neto superior a los 1201€. Casi todos los egresados encuestados de esta institución trabajan en áreas relacionadas con la consultoría informática numérica. En el segundo puesto se encuentran los relacionados con la carrera académica (contratos pre o posdoctorales). 

Las grandes empresas están demandando cada vez más un perfil que hasta hace no mucho prácticamente no existía, como indica el Cedefop (Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional): la de científico de datos, profesión para la que se necesitan conocimientos estadísticos que un programador habitualmente no tiene y conocimientos informáticos de los que normalmente carece un estadístico. De esta forma, se unen el pensamiento abstracto de la matemática y la capacidad de plantear soluciones prácticas de la informática.