Cómo será la tecnología educativa del futuro

La tecnología educativa marca el desarrollo de aprendizaje, a través de nuevas mecánicas futuristas. Desde la realidad virtual hasta la inteligencia artificial pasando por nuevos conceptos como la Inteligencia Personal Neoeducativa.

El momento actual

Es indiscutible que la pandemia que atravesamos está cambiando nuestra vida en muchos sentidos y el ámbito de la educación ha sido uno de los grandes afectados. Quitando los elementos negativos que hayan podido repercutir en el proceso, la casi obligatoriedad de buscar sistemas efectivos para la educación a distancia ha supuesto un impulso tecnológico y conceptual para el desarrollo de las tecnologías que la posibilitan.

Hemos interiorizado con total naturalidad los exámenes on-line, las clases a través de videoconferencia y las aulas virtuales. Es decir, somos espectadores de un asentamiento vertiginoso del e-learning, que, hasta ahora, se desarrollaba paulatinamente como una opción más.

Este cambio muestra a las nuevas tecnologías como una opción prioritaria y desvela nuevas ventajas. El crecimiento y desarrollo de las nuevas tecnologías educativas pasa por un momento revolucionario. Los centros y desarrolladores apuestan de forma contundente por nuevas alternativas. Se estima que este mercado habrá duplicado su tamaño en el año 2026 con respecto a cifras del año 2019.

¿Hacia dónde vamos?

La gamificación es uno de los puntos fuertes de este modelo cognitivo. Hace más atractivo el contenido a través de simulaciones y rutinas similares a las de los juegos. Así, facilita que la atención por parte del alumno se desarrolle de una manera natural involucrándose más en los procesos.

No es lo mismo leer en un libro la información e historia sobre la II Guerra Mundial que ponerse unas gafas de realidad virtual y pasear por un entorno recreado fielmente. Hacer la experiencia más cercana e interactiva es otro atractivo de esta tecnología. Puede parecer futurista, sin embargo, ya en 2016, el 14% de la realidad virtual empleada en España estaba presente en el sector educativo. Las previsiones de Goldman Sachs apuntan a que, en 2025, 15 millones de alumnos ya la utilizarán en sus clases.

La utilización de estos sistemas camina hacia su perfeccionamiento a través de modelos adaptados a cada alumno y su aprendizaje, dotándolos de rutas personalizadas para cada caso. Gracias a tecnologías como el machine learning, los algoritmos se encargarán de evaluar los conocimientos y habilidades de cada alumno. Por ejemplo, enfocando la experiencia de forma óptima decidiendo tareas y mecánicas que hagan destacar las habilidades de cada uno. Dentro de estas metodologías, un nuevo concepto de educación fue desarrollado por la Singularity University —creada por Ray Kurzweil—, en Silicon Valley. 50 expertos en tecnología e innovación trabajaron en un taller de Ciencia Ficción e Inteligencia Diseñada, con el objetivo de explorar el futuro del aprendizaje mediante las herramientas narrativas de ciencia ficción. El resultado fue una Inteligencia Personal Neoeducativa (NEPI, por sus siglas en inglés) que desarrolla la personalización automatizada de este tipo de enseñanza.

Previsiones de la tecnología educativa en el futuro

En un futuro próximo, estos algoritmos serán capaces de identificar las habilidades concretas que van más allá de los conocimientos. En esta línea, el movimiento maker apuesta por introducir a los alumnos en la tecnología básica para que interactúen con ella a través de la creación de robótica y tecnología desde edades tempranas. Estas mecánicas desarrollarían las competencias de cada alumno destacando el trabajo en equipo, la resolución de problemas y estimulando otros tipos de inteligencia.

En el futuro, debido a estos avances y a otros que no están directamente ligados a la educación, podremos asistir a la completa virtualización de la enseñanza. Quizá podamos ir a escuelas virtuales dentro de los metaversos que están por venir o realizar exámenes sin la necesidad de escribir. Acciones como la toma de apuntes serán cosa del pasado mientras que los alumnos inventará y desarrollarán tecnología durante el propio proceso de aprendizaje.