¿Dejaremos la Tierra para siempre?

Stephen Petranek, periodista y editor de ciencia de The Washington Post, dio hace unos años una charla en la que se refería a las «ocho formas en las que el mundo podría terminar de repente». Mencionaba, entre otras, el calentamiento global, el choque de un asteroide contra nuestro planeta o una pandemia. Para él, al igual que para muchos otros científicos, está claro: nuestros descendientes llegarán a vivir en Marte.

Tras la meteórica carrera espacial del siglo XX, Marte se ha convertido en uno de los principales objetivos actuales de la exploración espacial. No solamente por motivos científicos, sino como una posibilidad real para que nuestros descendientes puedan vivir allí. Según los expertos en la materia, esto podría suceder en unos 300 años, tras la colonización de la Luna. 

Hace aproximadamente cuatro mil millones de años, Marte era similar a la Tierra: tenía atmósfera, agua, ríos, lagos. Hace 13.000 años un meteorito chocó contra su superficie. A las orillas del cráter provocado por el impacto hay depósitos calcáreos, producto de animales vivos con concha y caparazón. 

El rover Perseverance, que llegó a Marte el pasado mes de febrero, precisamente a ese cráter, ha conseguido marcar un nuevo hito en la carrera espacial: ha logrado extraer oxígeno de la atmósfera de Marte, basada en dióxido de carbono. Lo ha realizado gracias Mars Oxygen In-Situ Resource Utilization Experiment (MOXIE), un sistema experimental que tiene aproximadamente «el tamaño de una tostadora», según la NASA. Este hecho es fundamental para una eventual colonización del planeta vecino.

¿La vida en Marte sería mejor que la de la Tierra?

Esta es la pregunta que se hizo la The Mars Society al convocar, en 2020, un concurso con el objetivo de construir una ciudad en el planeta rojo que pueda albergar un millón de habitantes. Estos diseños, además de ser tecnológicamente posibles, deberían permitir que funcionen de manera autosostenible y no dependan de la Tierra. De alguna forma, la Estación Espacial Internacional sería el modelo más cercano. Esto se debe a que se recicla el 100% del agua utilizada, aunque sí dependen de los alimentos que vienen de la Tierra. 

Entre las diez propuestas finalistas de este concurso se encuentra el diseño español de la ciudad Nüwa. Nüwa destaca por su arquitectura futurista, con habitáculos de grandes dimensiones excavados en un acantilado y enormes cúpulas de cristal para proteger a los habitantes del hostil clima marciano a la vez que recreen las sensaciones de la vida al aire libre (algo impensable debido a la atmósfera de Marte). 

El proyecto propone, además del mencionado diseño urbanístico factible, un plan de desarrollo socioeconómico y detalladas descripciones de la industria, infraestructura, generación y distribución de energía y servicios necesarios para hacerla realidad.

LA NASA BUSCA cuatro voluntarios «marcianos»

Por su parte, la agencia espacial norteamericana desarrollará varias misiones con las que preparar el terreno para la futura llegada del ser humano a Marte. Esta es la primera de tres convocatorias para buscar voluntarios y el inicio de la simulación está previsto para el otoño del 2022 en el Johnson Space Center de Houston. 

Los cuatro elegidos vivirán durante un año en un espacio de menos de 200 m2 diseñado para hacer frente a los retos del aislamiento y la limitación de movilidad. No dispondrán de ventanas y comerán exclusivamente alimentos espaciales. Para respetar la intimidad en lugar de un dormitorio común todos los miembros del equipo tendrán una habitación individual que podrán decorar a su antojo. Los arquitectos se han inspirado en la Estación Espacial Internacional, en submarinos y en las estaciones de investigación en la Antártida. 

Realizarán simulaciones de paseos espaciales, mediante realidad virtual, así como experimentos similares a los que se llevarían a cabo en la misión real. Las dos siguientes misiones tendrán lugar en el 2024 y en el 2025, respectivamente. 

Más allá de los increíbles avances científicos que conlleva la colonización de Marte, para la NASA es indudable que nos enseñará a cuidar mejor la Tierra. Que buena falta le hace.