La Inteligencia Artificial que aprende más rápido que un bebé

¿Sabías que aprendemos física cuando somos un bebé? Tirando cosas al suelo, los bebés de cinco meses entienden qué ocurre, al igual que manifiestan sorpresa cuando un juguete desaparece. 

Ahora, la inteligencia artificial (IA) ha tomado este modelo de aprendizaje para nutrirse y aprender “física intuitiva”.  Pero a los robots no se les da igual de bien que a los humanos bebés a la hora de comprender las leyes de esta física en la que la intuición juega un papel fundamental. 

La Inteligencia Artificial es un área de la computación que se centra en el desarrollo de software capaz de realizar tareas que requieren inteligencia humana, como el reconocimiento de patrones, el aprendizaje automático y el razonamiento lógico.

Un equipo de ingenieros de la empresa DeepMind ha creado el sistema “Plato”, un sistema de inteligencia artificial que aprende las reglas de sentido común sobre cómo funciona el mundo, de sus objetos, en definitiva de la “física intuitiva”. 

La física intuitiva es una forma de pensar sobre la física que se basa en la intuición y la experiencia, en lugar de en la matemática. Se trata de un enfoque más natural para la comprensión de la física, y puede ser más fácil de aprender para algunas personas.

Los responsables de este trabajo han enseñado a los ordenadores a pensar de la misma forma que lo harían los bebés. Es por ello que ven una oportunidad tanto para la investigación en IA como para los avances en la cognición humana. Los investigadores, liderados por Luis Piloto, presentan un sistema de aprendizaje profundo que puede aprender física intuitiva y que está inspirado en la investigación sobre cómo los bebés adquieren conocimiento.

Pero las máquinas no estaban aprendiendo a la misma velocidad y para ello, para abordar esta brecha entre las personas y las  máquinas, los investigadores de DeepMind han recurrido a la psicología del desarrollo, que estudia cómo experimentan los individuos las transformaciones a lo largo de su vida. 

La tesis de “Plato” es que las cosas tienen un papel central en la representación y predicción del mundo que nos rodea. Por eso, han decidido alimentar a la inteligencia artificial enseñándole muchos vídeos con escenas sencillas con pelotas que caen al suelo, ruedan detrás de objetos, rebotan entre ellas… Después de este entrenamiento, al sistema se le puso a prueba mostrándole vídeos que a veces contenían escenas imposibles. 

La Inteligencia Artificial se sorprende como bebé

Lo mismo que un niño pequeño se sorprende cuando se le muestra algo que no tiene sentido, la inteligencia artificial comenzó a “sorprenderse” tras ver sólo 28 horas de vídeo, si, como los bebés, observaba a dos objetos que se movían entre sí sin interactuar. 

Los investigadores consideran que los resultados tienen implicaciones tanto para la IA como para el avance de la investigación de la cognición humana porque podría ser una herramienta útil para conocer cómo los humanos aprenden física intuitiva. Además, sugiere la importancia de las representaciones de los objetos en nuestra comprensión del mundo. 

Así se podrían establecer sinergias entre la inteligencia artificial y la ciencia del desarrollo. Y además, es un avance a la hora de establecer cómo tienen que pensar las máquinas ya que los investigadores han descubierto que se puede hacer que un ordenador “piense” como un adulto si se parte de la mente de un niño y se le proporcionan las herramientas adecuadas.