La digitalización: el reto de no quedar desfasado

¿Qué es la digitalización? En los medios de comunicación abundan las reflexiones sobre el cambio de época que estamos viviendo. El poder transformador que han tenido las nuevas tecnologías para tocar cada espacio de la vida humana es formidable. Por un lado, te sientes afortunado de poder conocer tantos adelantos. Al mismo tiempo, compruebas cómo se van erosionando antiguas habilidades.

Los seres humanos odiamos la incertidumbre y cada vez es más difícil planificar a largo plazo. En el mundo desarrollado, el individualismo rampante choca con una arista de la realidad: nunca hemos sido tan dependientes del grupo al que pertenecemos. La tensión en esta contradicción se hace insoportable cuando el empleo peligra por los cambios constantes en las empresas.

La digitalización frecuentemente aparece como un proceso imparable y, en muchos casos, está revolucionando los puestos de trabajo. Esta creencia repite el malestar que se produjo en el siglo XIX con las máquinas del sector textil. Por entonces, se vio que estas suplían a la mano de obra en la Primera Revolución Industrial. Pero el proceso de cambio tecnológico en que nos vemos inmersos es, en varios órdenes de magnitud, mucho más complejo.

La digitalización y los resultados de aplicar la inteligencia artificial  producirán cambios sociales y laborales intensos

Si observamos el desarrollo de las sociedades, las etapas de mayor prosperidad han ido acompañadas por una intensificación de la división del trabajo. La digitalización eliminará ocupaciones y generará otras muchas.Una consecuencia importante de la digitalización es la forma en la que está cambiando la estructura interna de las empresas. Se impone una simplificación de los equipos hacia las actividades esenciales de las compañías. La externalización de servicios y la organización por proyectos se hace especialmente intensa debido a las nuevas tecnologías y facilidades para conectarnos desde cualquier parte y en cualquier momento.

En los cambios de época, aparecen nuevos estilos de vida vinculados a las nuevas ocupaciones que se crean. En relación al empleo, nos estamos familiarizando con términos como freelance, knowmad, entrepreneur, solopreneur o side-gigger. En cada uno de estos términos se apunta una característica propia de nuestro tiempo.

En los próximos años manejar ordenadores será muy diferente a como lo hacemos en la actualidad.

 

Claves de la digitalización

En el empleo del futuro, podemos adivinar los siguientes rasgos definitorios:

1. Una profesionalidad ligada a la capacitación por participar con éxito en proyectos relevantes.

2. Las carreras profesionales estarán fuertemente personalizadas.

3. Una gran flexibilidad cultural, por localización geográfica y por campos de conocimiento.

4. Altas capacidades de adaptación y de actualización permanente.

5. Una revalorización del tiempo y una gestión eficaz de las intersecciones entre esferas de la vida humana (laboral, familiar, política, social o cultural).

Cada uno de estos cambios de tipo personal producirá socialmente una gran cantidad de nuevos productos y servicios. Estos deberán suplir a los que las nuevas tecnologías vayan haciendo desaparecer.

Cinco profesiones que arrasarán en el futuro
El interés creciente por las profesiones del futuro refleja la incertidumbre que la crisis ha generado en el mercado laboral. Las nuevas tecnologías y la innovación necesitan de nuevos profesionales.
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La revolución digital

La digitalización y los resultados de aplicar la inteligencia artificial solo se han visto muy parcialmente. Con seguridad, se producirán cambios sociales y laborales intensos. Pero estos estarán acompañados de numerosos aspectos positivos que hoy son difíciles de descifrar. Por otra parte, la resistencia suicida a los cambios no evitaría ninguno de los problemas que se plantean y nos privaría de la mayoría de sus ventajas.

Quizás la ocupación de desvelar las líneas generales de las novedades que aparecerán en los próximos años sea pronto una nueva profesión. El Big Data sería la fuente de los primeros materiales para obtener información. Y el e-learning acompañaría la composición de los primeros rendimientos.

Las nuevas tecnologías nos han llevado a un cambio de época tan significativo como lo hizo la primera producción del bronce o la imprenta. La fuerza de estas transformaciones solo pueden apreciarse en toda su dimensión con perspectiva histórica. En el día a día, tendremos que ir acostumbrando nuestras capacidades de observación a una nueva realidad. Será amplia y compleja, pero también apasionante.