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¿Qué son los sesgos cognitivos y cómo controlarlos en el ámbito profesional?
¿Cuántas veces te has dejado guiar por las apariencias? ¿O por lo que alguien opina sobre otros? No te preocupes, es innato. Tu mente actúa y crea en ti pequeñas opiniones que te condicionan.
Los sesgos cognitivos son, precisamente, como los expertos han nombrado estos pequeños ‘actos reflejos’ del cerebro. Nuestra necesidad evolutiva ha provocado que seamos capaces de emitir juicios de forma inmediata como respuesta ante determinados estímulos, situaciones o problemas. ¿Y qué consecuencias tienen? Según un estudio de Towergate Insurance, influyen en las casi 35.000 decisiones que tomamos al día.
En la mayoría de las ocasiones los sesgos cognitivos son limitaciones y nos pueden llevar a argumentaciones erróneas
En muchos casos los sesgos cognitivos son limitaciones y nos pueden llevar a argumentaciones erróneas. En otros casos nos permiten tomar una decisión rápida o intuitiva debido a la inmediatez de la situación. Ante la complejidad de la mente humana, la psicología cognitiva se ha encargado del estudio de estos patrones de actuación. Estudia este tipo de efectos, además de las técnicas o estructuras que utilizamos al analizar la información que percibimos del exterior a través de estímulos.
Fue el científico Daniel Kahneman quien identificó por primera vez el concepto “sesgo cognitivo” en el año 1972. Poco a poco, junto a sus colegas, comenzó a profundizar más en los distintos patrones de conducta del ser humano en diferentes escenarios o situaciones, hasta que hallaron la clave del heurismo, es decir, procesos intuitivos que se dan dentro del ser humano pero que son origen de errores sistemáticos.
Así, finalmente, surgió la disciplina de la Economía Conductual, premiada con un Premio Nobel a Kahneman en el año 2002, por haber unido con mucho acierto la ciencia de la economía con la investigación psicológica de la conducta del ser humano.
¿Por qué es importante conocerlos? ¿Y controlarlos?
El auto-conocimiento en la edad adulta nos genera mayor seguridad a la hora de tomar decisiones que, sobre todo en el ámbito laboral y profesional, nos pueden ayudar a crecer. En los procesos de selección o a la hora de formar equipos de trabajo hemos de intentar que estas ‘desviaciones de los pensamientos’ no nos jueguen una mala pasada.
Estos son los sesgos que más negativamente afectan en el día a día de las empresas, según el medio INC:
Auto apreciación
Pensar por regla general que nuestras acciones son las correctas y que nuestros criterios son los mejores a la hora de la toma de decisiones. Es habitual ver cómo, a pesar de obtener malos resultados en algo, hay personas que piensan que sus actos son los adecuados.
Sobrevalorar la realidad
Saber relativizar y dar importancia a lo que de verdad la tiene es un don. Sobrevalorar resultados, personas o proyectos implica desvíos de atención de los asuntos que son de verdad importantes.
Familiaridad de los hechos
Si algo nos resulta cómodo o solemos hacer algo por costumbre, tendemos a pensar que es la mejor forma de ejecutarlo y nos limitamos a repetir sin indagar en nuevos procesos, fórmulas u optimización de tiempos.
Sesgo retrospectivo
Creer que el tiempo acaba poniendo todo en su sitio es peligroso. Ante situaciones actuales, debemos pensar soluciones y comportamientos que nos ayuden a conseguir resultados adecuados a corto plazo, sin esperar que más adelante todo acabe bien.
¿Cómo controlar los efectos más habituales y no dejarse llevar por los sesgos?
La heurística de la disponibilidad
Las personas sobreestimamos la importancia de la información de la que disponemos y que recordamos con más facilidad. Para evitarlo, piensa las cosas dos veces y, si puedes, complementa tu intuición personal con datos estadísticos.
El efecto de arrastre
El efecto de arrastre también es llamado “Bandwagon”. Se trata de cuando hacemos las cosas, o las creemos, por el simple hecho de que el resto de las personas lo hacen. Para evitarlo, no intentes depender tanto de las opiniones de los demás y piensa más allá sobre toda la información que tienes disponible.
El efecto del encuadre
Con el efecto encuadre nos referimos a la manera en la que una misma información, solo por haber sido expuesta de maneras diferentes, puede dar lugar a distintas conclusiones. Para evitarlo, no escuches solo la información: hazlo con mucha atención e intenta llegar al verdadero significado de lo que te están contando.
El sesgo de confirmación
Hablamos de este sesgo cuando para favorecer o confirmar nuestras propias creencias o hipótesis, argumentamos información que nos dé la razón. Para evitarlo, obviamente, abre tu mente y considera que siempre hay una gama más amplia de opiniones, de las cuales todas pueden tener sus puntos fuertes o débiles.
El efecto Dunning-Kruger
Este efecto hace referencia al sentimiento de superioridad ilusorio de una persona, de manera que se cree más inteligente o poderoso que otros. Así mismo con este efecto también nos referimos a las personas que, en sentido contrario, subestiman todas sus capacidades. Para evitarlo, toma menos decisiones en base a la propia “autoevaluación” de tus capacidades.
La maldición del conocimiento
Hay personas que sobresalen en alguna materia en concreto, el sesgo cognitivo de la maldición del conocimiento aparece cuando estas personas tienen problemas para ponerse en el lugar de las personas que no tienen las mismas capacidades en esa materia. Para evitarlo, evita las suposiciones, mide la capacidad y habilidades de la audiencia, no seas egoísta y trata de explicar las cosas con calma, poniendo ejemplos para que sea más fácil el entendimiento.
¿Te reconoces en alguno de estos sesgos? ¿Te han jugado alguna mala pasada? Conocer, meditar y hacer planes a la hora de tomar decisiones profesionales es fundamental para evitar, en la medida de lo posible, que estas desviaciones intuitivas influyan demasiado en nuestro día a día.
