Un apagón pondría en jaque a una sociedad ultratecnológica

Casas iluminadas con velas, farolillos y antorchas en las calles, fogones y leña, noticias en la plaza del pueblo… ¡Qué lejos queda todo! Así como nuestros abuelos vivían sin apenas comodidades electrónicas, nosotros estamos siendo testigos de la mayor migración tecnológica de la historia. La humanidad ha sobrevivido durante miles de años sin luz ni aparatos conectados a la corriente. Sin embargo, en la actualidad, la mayoría de los habitantes del planeta en países desarrollados, no puede pasar un día sin hacer uso de un dispositivo móvil.

Y tú…¿serías capaz de desconectar?

Hoy en día, nuestras necesidades tecnológicas avanzan a pasos agigantados, siendo la revolución científico-tecnológica la más importante de todas las revoluciones del siglo XX. Y es que, en los últimos años, especialmente en ambientes telemáticos frecuentados por catastrofistas o amantes de un futuro apocalíptico, se ha corrido la voz de un inminente apagón tecnológico mundial que podría ocurrir en cualquier momento.

Una de las causas más factibles sería una potente tormenta eléctrica como la acontecida en 1859 en EE.UU. que provocó la interrupción de las líneas telegráficas en gran parte del hemisferio norte. Más aún, cabría la posibilidad de que se repitiera un incendio de una estación eléctrica, como en el reciente caso de Seúl o en el Nueva York de los años 60’. ¿Imagináis el caos que supondría?

CATÁSTROFE NATURAL, UNA POSIBLE CAUSA DEL APAGÓN TECNOLÓGICO

Otro escenario plausible sería una catástrofe natural como la acontecida en el tsunami de Japón que afectó a Fukushima en 2011, provocando la rotura de su central nuclear. El golpe sería de tal magnitud que provocaría un colapso absoluto y, como hemos afirmado anteriormente, una sociedad tan dependiente de la tecnología como la nuestra se vería especialmente alterada.

El anarquismo primitivista sostiene que las sociedades modernas dependen en exceso de las nuevas tecnologías

Como ejemplos modernos de caos, tenemos el fallo en el sistema de Delta Airlines que provocó retrasos de seis horas en las principales escalas del mundo o los Blackout de Nueva York en 1965 y 1977 que derivaron en verdaderos disturbios y actos de bandidaje por toda la ciudad. Ante esto, existe una corriente de pensamiento llamada anarquismo primitivista que tiene como tesis principal que las sociedades modernas son excesivamente dependientes de la tecnología.

Reflexionan sobre si nos ayudan a llevar una vida agradable, cómoda y por ende más feliz. O si, por el contrario, nos someten a un control y nos individualizan, alejándonos de las personas con las que convivimos. La serie ‘Unabomber’ inspirada en esta temática, se ha convertido en una de las más vistas de Netflix.

SOCIEDAD ULTRATECNOLÓGICA, UN PROBLEMA DEL SIGLO XXI

El tema de una sociedad ultratecnológica ha resultado ser una fuente de inspiración constante para la ciencia ficción. Frecuentemente, asume la forma de un relato distópico. Hablamos de la popularísima sería británica ‘Black Mirror’ o clásicos como Matrix, que muestran al ser humano sometido por las máquinas.

Volviendo de nuevo al mundo real, el paradigma más claro de esta sumisión sería el Smartphone. ¿Quién no ha visto escenas de amigos o parejas en momentos de ocio sumergidos en el teléfono? ¿Es esto consecuencia de niños que no corren ni juegan al aire libre al haber sido educados con videojuegos y tablets?

Reflexiones sociológicas aparte, ya existe la necesidad de desconexión como antídoto a ciertas enfermedades. Centros de desintoxicación voluntarios que ayudan a sustituir hábitos de dependencia digital por otros como la lectura o la naturaleza. En cualquier caso, de haber un apagón, las consecuencias serían intrínsecamente impredecibles y ninguna solución nos protegería al 100% de futuras eventualidades.