El autobús volador que puede conectar Madrid y Barcelona en una hora

Las aeronaves eléctricas de despegue y aterrizaje vertical son un tema de actualidad en la investigación, desarrollo e innovación de los medios de transporte. Muchas son las empresas que han presentado proyectos de vehículos que pretenden surcar el cielo y ofrecer un transporte limpio, silencioso y barato. Aunque todos estos proyectos, hasta ahora, se basaban en el concepto de vehículo manteniendo la orientación al uso privado y una capacidad de aproximadamente 5 plazas. Sin embargo, la start-up neoyorquina Kelekona rompe con esta filosofía. Ha presentado algo radicalmente diferente, un modelo para 40 pasajeros y con alta capacidad de carga que podríamos asemejar a un autobús volador. Introduciendo así en la investigación de vehículos aéreos el desarrollo del transporte público.

Ingeniería futurista

La estructura del aparato se fabrica a través de una impresión en 3D a base de un compuesto de aluminio creado especialmente para el fuselaje del vehículo. Este material, unido a un peculiar diseño en cuña mejoran la aerodinámica. Se obtiene así un equilibrio óptimo entre velocidad y consumo sobre todo en el vuelo frontal, que sería el realizado más habitualmente por la aeronave. Puede que con estos datos imaginemos un autobús con alas o una especie de avión pequeño. Sin embargo, el aspecto de este autobús se asemeja más al de un dron de gran tamaño. Cuenta con ocho hélices emparejadas, dos delante y dos detrás, que pueden bascular para permitir el despegue y aterrizaje vertical y el vuelo frontal.

Kelekona adelanta que dotaría a su autobús de un sistema de cámaras y radares complejos con un rango de 160 kilómetros. Según ellos, esto permitiría a la nave protegerse de impactos con otros vuelos, pájaros, anomalías climáticas y cualquier otra circunstancia inesperada. 

Una duda sobre su funcionamiento es que las baterías con energía suficiente para cubrir largas distancias serían enormes y pesadas. Esta empresa parece haberse anticipado a este problema y usarían pequeñas baterías intercambiables con un sistema fácil y rápido de sustitución. Lo que permitirá hacer pequeños repostajes e ir cambiando en el futuro sus baterías por modelos más modernos con mejores prestaciones.

Todas estas especificaciones lo convierten también en un vehículo ideal para el transporte de mercancías, maniobras militares o evacuaciones de emergencia. Debido a esto ya le siguen la pista diferentes empresas y organismos, aunque sus creadores aún no han desvelado una fecha de lanzamiento.

Nuevos transportes, nuevas ciudades

El impacto de este vehículo en la vida cotidiana sería bastante notable, pero además de finalizar su desarrollo serían necesarios algunos cambios en el concepto de transporte de las ciudades para adaptarse a estas alternativas de transporte. En primer lugar, las empresas que desarrollen aeronaves tendrían que superar las barreras legislativas existentes para sobrevolar los cielos españoles, muy exigentes con los permisos en estos momentos, y desarrollar un sistema fiable para convivir con otras rutas aéreas sin conflictos entre ellas.

Por otra parte, el suministro de energía y la construcción de aeropuertos serían indispensables. Por las semejanzas de este aparato con sus hermanos pequeños los drones, se baraja la posibilidad de crear “vertipuertos”. Los «vertipuertos» son espacios de aterrizaje y despegue de drones tanto para labores de reparto de mercancía como de transporte de personas a otros puntos de la ciudad.

Sobre el suministro de energía, son las grandes energéticas las que deben apostar por esta tecnología y desarrollar planes e infraestructura. Por ejemplo, el acuerdo para electrificar la red de autobuses de Madrid que firmaron el ayuntamiento e Iberdrola consolidando las redes eléctricas como el sistema circulatorio del nuevo modelo energético de transporte en la ciudad. Un convenio de este tipo que construya las infraestructuras necesarias y apoye estas iniciativas nos acercaría a la idea futurista de volar de Madrid a Barcelona en “bus”.