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La revolución nómada: nuevos modelos de organización
Las nuevas formas de organización laboral son una alternativa para profesionales que están empezando o que desean interactuar con personas con un perfil similar. Esta es la razón por la que el cohousing ha ganado peso en términos absolutos y relativos.
En los últimos años, y como consecuencia del desarrollo de las empresas vinculadas a la transformación digital, ha nacido el concepto de startup. Este tipo de compañía se centra en el talento individual que aportan los socios, más que en las capacidades de financiación. Lo normal es que este sea el paso previo antes de consolidarse en el mercado y, sobre todo, de asegurar su supervivencia.
Por lo tanto, una empresa que nace quiere aprovechar sinergias y reducir los costes a la mínima expresión. Este es el motivo por el que nacieron los espacios coworking, que se concentran en ciudades, parques tecnológicos, polígonos industriales y zonas de referencia de villas importantes. La idea es contaAñadirr con unas instalaciones para realizar la tarea diaria e incluso las funciones de oficina, disponer de unos servicios comunes y, finalmente, tener la posibilidad de compartir espacio con personas que también se dedican al emprendimiento.
El concepto de startup está vinculado a diversas formas de economía colaborativa, con el objetivo de reducir costes a la mínima expresión para asegurar la viabilidad.
El cohousing es un paso más porque se aplica esa lógica de los espacios de trabajo a la vivienda. De alguna forma, es una evolución de las comunidades de propietarios, pero con algunos matices. En este espacio las viviendas son de alquiler e individuales, pero hay unas zonas comunes que sirven como oficina para realizar las labores profesionales del día a día. Por lo tanto, aquí se consigue fusionar espacios de habitabilidad y centro de trabajo pero, a la vez, segmentando bien los espacios para que la persona tenga la debida intimidad. La ventaja es que el precio es mucho menor con respecto a una vivienda tradicional.
Hay que destacar que este tipo de organización laboral es relativamente reciente y no solo se utiliza para cuestiones profesionales; por ejemplo, es habitual que los jubilados opten por esta fórmula porque cuentan con su propio apartamento. Su nacimiento data de la década de 1970 en los Países Bajos y Dinamarca y, en principio, era una alternativa para jóvenes que se querían emancipar. Se trata de una posibilidad con múltiples aplicaciones, y la profesional es una de las más recientes.
En España, existen algunas fórmulas exitosas como Orba, en el municipio valenciano de Alfafar. Una de las ventajas de los espacios compartidos es que se pueden incluir varios servicios comunes, no solo la oficina o los manidos jardines y piscinas, sino también guarderías o economatos. Se están reconvirtiendo algunos antiguos barrios en declive para introducir este modelo con resultados óptimos.
Un aspecto es importante con este nuevo modelo profesional, aprovechar las sinergias para ganar. El coworking limitaba el uso de los recursos compartidos al centro de trabajo. En cambio, el cohousing, además de contar con lugares para las actividades profesionales, también tiene zonas comunes de ocio que autogestionan los inquilinos. Hay que indicar, sin embargo, que este tipo de formas de organización del trabajo tienen innumerables variables que dependerán del sector económico, la ubicación del lugar y las prestaciones del propio edificio.
Lo más probable es que este modelo de organización profesional y personal se extienda en los próximos años, haciendo hincapié en determinados grupos, especialmente, entre los jóvenes que quieren emprender por primera vez. El concepto de startup está vinculado a diversas formas de economía colaborativa, con el objetivo de reducir costes a la mínima expresión para asegurar la viabilidad. En este sentido, el cohousing es una posibilidad interesante que, además, permite colaborar con personas afines.
